“…Siempre que veas tu pellejo amenazado, el
desastre sea inminente y no exista otra escapatoria: miente, aunque te cueste,
pero miente. Es preferible eso antes de lo primero…”
Me carga mentir, de hecho, siempre salgo
pillada en mis pequeñas mentiras: mi cara me delata, me olvido o simplemente me
aburro y suelto las verdades. Nunca entendí el concepto de las “mentiras
piadosas”, si al fin y al cabo están mintiendo igual, como el típico papá que
le miente a su hijo sobre la mascota que se perdió-falleció-etc., por otro
lado, en mi opinión, las mentiras son totalmente distintas respecto a las
omisiones; para mí es totalmente diferente omitir que mentir (¡qué patuda yo!).
Ahora que se arreglaron de cierto modo las
cosas con D. y estamos volviendo (ahora que todo resulte bien, es tema para un
siguiente post), debo ocultar toda información con mi familia, porque lo
detestan. Debo omitir información y mentir; miento a donde voy, con quien me
junto y todo. Me cuesta y me desagrada un montón esta sensación de que estoy
ocultando parte de mi vida, pero es preferible esto antes que quede la tragedia
griega en casa, sobre todo con mi mamá.
Me cuesta y no entendía a la gente que
miente, hasta que me pasó: es un tema netamente de sobrevivencia, muchos no
están preparados para escuchar unas cuantas verdades y nadie quiere salir con un
pedazo menos de pellejo. A hacerse el ánimo, por un buen tiempo porque no queda
de otra.