domingo, 19 de agosto de 2012

Sentirse fea



 Existen muchos días en el año en donde me despierto con el pie izquierdo, o tal vez sea tontera mía pero no hay caso; amanezco fea, la ropa no me entra porque estoy gorda, mi cara es un espanto: amarilla, seca y ojerosa, mi pelo no ayuda en nada y finalmente la actitud: no puedo hacer nada porque simplemente me siento fea.   Está bien que sea cuestión de actitud (como dice la Bolocco) pero es difícil levantar una autoestima cuando no hay caso que salgas bien en una foto porque se nota la papada y el cuerpo de refrigerador y sólo te queda el recuerdo de antaño cuando eras una monada y todo te quedaba bien, pero que recién ahora te das cuenta.
   Lo único que puedo hacer como plan de emergencia es hacerme la mantención extrema (tema que hablaré en otro post), implorar que todo salga bien (lo que se traduce en no meter la pata durante el día) y lo más importante: ojalá no encontrarme con nadie conocido (también en otro post).
  Les ha pasado?