sábado, 20 de octubre de 2012

Recordatorio nº4: Mentiras


“…Siempre que veas tu pellejo amenazado, el desastre sea inminente y no exista otra escapatoria: miente, aunque te cueste, pero miente. Es preferible eso antes de lo primero…”


  Me carga mentir, de hecho, siempre salgo pillada en mis pequeñas mentiras: mi cara me delata, me olvido o simplemente me aburro y suelto las verdades. Nunca entendí el concepto de las “mentiras piadosas”, si al fin y al cabo están mintiendo igual, como el típico papá que le miente a su hijo sobre la mascota que se perdió-falleció-etc., por otro lado, en mi opinión, las mentiras son totalmente distintas respecto a las omisiones; para mí es totalmente diferente omitir que mentir (¡qué patuda yo!).
  Ahora que se arreglaron de cierto modo las cosas con D. y estamos volviendo (ahora que todo resulte bien, es tema para un siguiente post), debo ocultar toda información con mi familia, porque lo detestan. Debo omitir información y mentir; miento a donde voy, con quien me junto y todo. Me cuesta y me desagrada un montón esta sensación de que estoy ocultando parte de mi vida, pero es preferible esto antes que quede la tragedia griega en casa, sobre todo con mi mamá.
  Me cuesta y no entendía a la gente que miente, hasta que me pasó: es un tema netamente de sobrevivencia, muchos no están preparados para escuchar unas cuantas verdades y nadie quiere salir con un pedazo menos de pellejo. A hacerse el ánimo, por un buen tiempo porque no queda de otra.